…no tendrás que trabajar un solo día de tu vida (Confucio).

Ayer, un día más de trabajo en Madrid, tuve una conversación curiosa en la cena. En dicha cena, tratabamos de explicar porque Carbures se está comportando de forma diferente en un entorno tan complicado, y nuestro presidente (Sr. Guillen) explicaba una conversación que había oido que relataba de la siguiente forma:

-Hablaban dos personas, una de ellas que trabaja en Carbures y otra ajena a nosotros, la que no pertenece a Carbures le decía: Hay gente que está ganando mucho, como estais creciendo, que bien está la acción en bolsa, etc… y el otro le escuchaba y la cara se le iba torciendo, en un momento determinado le interrumpe y le dice: «Para que todo eso ocurra hay que estar ahí todos los días y cuando digo todos los días son todos los días, en Carbures llames a quien llames en cualquier momento está disponible…desde arriba hasta abajo en la organización estamos ahí todos los días» , a lo que la persona ajena a Carbures le miró y afirmó: » Sino fuera así sería imposible que Carbures estuviera ahí».

Después de relatarlo, nuestro consejero financiero (Sr. Juarez) también presente en la cena, afirmó discrepando que ahí no estaba el verdadero atractivo de Carbures que para él eso era un punto necesario y consideraba que esa disposición que Carbures cumplía debe ser lo normal. Que el verdadero atractivo y punto diferencial de Carbures era la tecnología, el desarrollo de un modelo económico basado en la capacidad tecnológica llevada al mercado.

En mi caso, los escuchaba atentamente a ambos, y pensaba lo acertados que estaban ambos y lo complementarias que eran sus opiniones, pues entre ambas opiniones estaban las condiciones necesarias y suficientes que hacen que todo axioma (principio evidente que constituye el fundamento de una ciencia) se cumpla. Sin embargo, este no es el objeto de mi reflexión.

Lo que más me llamaba la atención era la pasión con la que expresaban cada una de sus opiniones, y tuve dos pensamientos, uno inicial y erróneo: » dos profesionales de éxito, reconocido prestigio y una valía fuera de toda duda en sus mundos laborales, que no lo necesitan, están trabajando como animales para CARBURES»
Y el segundo, bastante acertado en mi modesta opinión: «Mi presidente y mi consejero financiero, desde que están al frente de CARBURES no han trabajado ni un solo día, como diría Confucio»

Mi reflexión final termina con un «espero que sigan sin trabajar durante mucho tiempo» y mantengan vivo dentro de ellos mismos la esencia de Carbures.