Hoy, si no os importa, aviso que esta vez no estoy en ningún avión (voy en tren), os voy a hablar de una profesión poco reconocida pero muy reconocible: La de los “opinadores profesionales”.
Además este es un momento muy oportuno, pues la eliminación temprana de la selección española de fútbol, ha provocado la aparición, multiplicación y propagación de esta especie de una manera muy potente.
Estos de una forma general se pueden definir como “aquellos que tienen un gran criterio de cómo los demás han de hacer las cosas, por supuesto siempre acompañado de una incapacidad manifiesta para que ese criterio tan recto y magnífico sea aplicable a su propio trabajo”
Creo que esta profesión requiere de una categorización urgente sobre los distintos tipos de opinadores profesionales:
Los genéticos
Oye, y tú ¿por qué piensas eso?, simplemente porque es mi opinión; ya, ya, pero, por favor, ¿puedes explicarme en qué se basa? (o vulgarmente conocido como argumento). Bueno, yo tengo mi opinión y tú la tuya…por supuesto, y no lo discuto, pero me gustaría saber tus criterios pues yo no lo tengo tan claro… y así se hace interminable la discusión intentando simplemente lograr la base de una opinión que por supuesto nunca llega.
En realidad de este fenotipo no sé deciros qué me despierta, si irritación o pena, lo que si me resultan es agotadores. Parece que les han insertado el gen de la opinión porque nacieron así.
Los diferentes
Porque cuando no estoy de acuerdo con algo que alguien opina, el argumento que suelta es aquello de que “yo soy diferente porque no te digo lo que quieres oir”, o el superlativo de aquello “yo soy diferente porque soy muy sincero” .
Resulta muy curioso que desde entonces no puedes estar en desacuerdo con los “diferentes”, pues si no es que no aceptas que alguien por lo visto sea sincero contigo. Y me pregunto, ¿ yo no puedo ser sincero? SIMPLEMENTE NO ESTOY DE ACUERDO CONTIGO, de verdad es muy simple; no pienso lo mismo que tu, y eso querido amigo no te hace diferente.
Los profesionales
La base de su opinión está en su conducta profesional, que por supuesto nunca coinciden. Tienen las ideas muy claras de cómo deben los demás hacer las cosas, por supuesto esas ideas no son nunca aplicables a ellos mismos. Ahora eso sí, sus argumentos para no hacer lo que les corresponde son abrumadores y están cargados de inmensas razones…puffff
Estos son grandes compañeros para tomarse una copita, de estas en las que arreglas el mundo, sin embargo son nefastos para las organizaciones. El momento en el que toman el control se acabó el hacer cosas, eso sí, todo tremendamente justificado, nadie nos reprochará el no tener argumentos.
Este post, es un desarrollo del que escribí en septiembre 2012, allí fui tremendamente sintético Las cosas son simples
Mi conclusión es que me reconozco como un teórico aplicado, o sea aquel que trata de explicar y entender lo que hace que suceda, en contraposición clara con aquel que explica y teoriza sobre lo que nunca hará…
Finalmente, a pesar de los opinares, mis respetos hacia aquellos que nos hicieron campeones del mundo, algo jamás pensado y siempre soñado. Y al igual que les doy mis respetos me despido de ellos pues les toca dar paso a los siguientes…Reconocer y respetar lo hecho no garantiza el futuro