Es de madrugada cuando llego a Greenville. Este enclave de Carolina del Sur que se ha convertido en la sede de CARBURES en Estados Unidos. Vengo de China y mi cuerpo me dice que interceda ante mi mente para que le dé algo de descanso. En los últimos dos años, habré venido unas quince veces aproximadamente. Todo está oscuro y tranquilo. Es en los viajes, y llegando de noche a los lugares, cuando el momento es propicio para que se produzca un fenómeno… En estos momentos de lucidez propia de los jet lag, se produce el efecto “Matrix”. Quien haya visto la película recordará esas secuencias en las que disparaban a “Neo”, el personaje de Keanu Reeves, y todo se ralentizaba teniendo el protagonista la posibilidad de ver con claridad la trayectoria de los acontecimientos en medio de la acción.
Todo ha ocurrido y continúa ocurriendo rápidamente en CARBURES y seguimos cumpliendo objetivos con celeridad. En tiempos de bonanza la capacidad de reacción es una fortaleza, pero en tiempos de crisis es una necesidad, una ventaja competitiva. Considero que la ejecución del plan trazado, y la velocidad de dicho cumplimiento a la par que una reacción pronta a los posibles imprevistos en la hoja de ruta, son dos factores claves para que hasta ahora estemos cosechando éxitos, y aprovechando oportunidades.
El efecto “Matrix” es imprescindible en estos tiempos. Los acontecimientos no se detienen, los cambios se suceden, y mientras uno está en medio de la trayectoria de una bala, o bien una oportunidad está al alcance de tu mano, debe ser capaz de tener perspectiva y contorsionarse como el actor lo hacía para ver pasar el proyectil, o no dejar escapar una circunstancia favorable. Esta visión de 360 grados es fundamental para esa velocidad que he mencionado, y de la que me ocuparé en otro post.
Perdonad si este artículo pueda resultar de tono un poco extraño. También me parece de valor compartir la llegada de madrugada a una pequeña ciudad de la costa este de Estados Unidos, y confesar el efecto “Matrix” que tan clarificador me resulta. Aunque no lleve ni gafas de sol ni el atuendo de cuero que tan atractivo hacía parecer al actor de Hollywood, si a alguien le sirve de algo esta idea de visión periscópica, me someteré con gusto a las críticas con la atenuante del cansancio.
“Por lo tanto, un verdadero maestro de las artes marciales vence a otras fuerzas enemigas sin batalla, conquista otras ciudades sin asediarlas y destruye o tras naciones sin emplear mucho tiempo” (El arte de la guerra). Animo maestro.