Os escribo tan sólo unas horas después de haber finalizado la ampliación de capital que teníamos en marcha desde junio. En el comienzo de este año 2012 expusimos un plan de negocios, para cuyo desarrollo teníamos previstas acciones como la que acabamos de concluir satisfactoriamente. Tanto en marzo como ahora, los socios e inversores han respondido. Han pasado siete meses y vamos cumpliendo lo planeado. Esto se traduce en confianza. Todo esto quiere decir que podemos sentirnos contentos con la fotografía de la trayectoria de la compañía hasta ahora, y agradecidos hacia los que han vuelto a depositar su confianza en nosotros.
Todo lo que este recorrido tenga de éxito, obviamente es compartido. Pertenece a todos. Ya he hablado en otras ocasiones de la importancia en una organización de todos y cada uno de los engranajes que la componen, empezando por los inversores. Por eso, desde aquí, mi enhorabuena también a ellos.
En mi caso, segundos después (si es que en algún momento tuvo pausa) de la sensación de objetivo cumplido, se me hace presente el sentido de responsabilidad, la fuerza de la obligación y el compromiso asumidos. En una compañía como CARBURES, donde el crecimiento que se plantea es rápido, y que está posicionada geográfica y sectorialmente de una manera en la que debe aprovechar sus ventajas competitivas (alta tecnología, diversificación, internacionalización), los que somos responsables de su gestión no podemos entretenernos mucho en los laureles.
Sus directivos, y yo el primero, estamos ya trabajando para que los compromisos adquiridos se cumplan, el plan de negocios se observe, los objetivos establecidos se alcancen, y la hoja de ruta se mantenga sólida. A todos gracias por vuestra labor; y en especial a los socios e inversores que a lo largo de este año están participando en operaciones como la que acabamos de concluir, mi compromiso de cumplimiento, y mi agradecimiento.
Por la parte que me toca, a continuar trabajando hacia el siguiente objetivo.