Todos hemos tenido un mentor o alguien que se ha destacado en su relación con nosotros y al que probablemente le debemos al menos parte de lo que hoy somos. Seguro que si, piensa en quien y ponle nombre en tu cabeza.

Hago un inciso, ahora mismo estoy en el vuelo de vuelta a España desde Boston y supongo que disponer de algo de tiempo muerto ayuda a reflexionar sobre aspectos que son imposibles en el día a día. Os pido disculpas por ello.

Pues bien, he estado reflexionando sobre las personas que me han conducido hasta aquí y el tipo de relaciones profesionales y personales que se dan a menudo en la vida real y por ende de las organizaciones. Y finalmente me he centrado en los tres aspectos que dan lugar al título del post y la confusión entre unos y otros. Todos en alguna medida estamos en ambas caras de estos adjetivos, bien como acreedores o deudores.

La lealtad está muy vinculada al contexto organizacional en la que se genera, ya que como dice su definición requiere el cumplimiento de las leyes de fidelidad y del honor, por lo tanto no afecta solo a la relación personal sino también al cumplimiento de las obligaciones que uno contrae. Por ello, destaco la confusión que se produce entre aquellos que personalmente son acreedores de lealtad, al sentirse agraviados en el momento en el que la contradicción se produce a lo que ellos piensan o creen.

Este caso se da fundamentalmente en la relación mentor-pupilo, que normalmente comienza con la dependencia organizacional que tiene el pupilo del mentor, y la confusión se genera en el momento en el que el avance organizacional del pupilo y la ruptura de la dependencia hace que este tome sus propias decisiones. Es muy curioso porque normalmente esto se produce en aplicación de lo que el propio mentor le ha enseñado, si este no es mediocre, claro. Y como podemos ver, por su propia definición, la lealtad conjuga ambos aspectos la debida fidelidad a alguien y al desempeño organizacional.

La gratitud es un sentimiento, y como tal hay que tratarlo, no existe una correspondencia definida entre el beneficio o favor que se nos ha dado y la muestra de ese agradecimiento. Pues como sentimiento que es, no es una obligación.

La gratitud se da en muchos aspectos de la vida y dependen en gran medida de cada persona, me quedo con el refrán «de bien nacidos es ser agradecidos» como reflexión de que la gratitud nunca está de más.

Como ejemplo de todo lo dicho, el mundo de la universidad es un espacio donde lo expuesto, la lealtad y la gratitud, se produce con mucha facilidad, y me resulta digno de estudio desde un punto de vista organizacional, como el mismo sistema y de forma muy intensa conduce irremediablemente, a confundir la lealtad y el agradecimiento con la generación de deudas inexistentes, pero que son muy reales en la cabeza de todos aquellos que se han formado en el sistema universitario desde un punto de vista profesional.

Concluyo con tres brindis para todos nosotros:

El primero, por diferenciar y no convertir en deuda aspectos tan bonitos en la relación con las personas como son la lealtad y la gratitud.

El segundo, afirmo ser leal en el desempeño de mi oficio (CEO de Carbures) como no querría que fuera de otra forma mi mentor pues así me lo enseño con su ejemplo.

El tercero, agradezco enormemente a todos los que me han ayudado a crear la historia tan bonita que es hoy Carbures.

*Leal (DRAE) 1. (Del lat. legālis).
1. adj. Que guarda a alguien o algo la debida fidelidad. U. t. c. s.
2. adj. Fidedigno, verídico y fiel, en el trato o en el desempeño de un oficio o cargo.

*Gratitud (DRAE) 1. f. Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.

*Deuda (DRAE) 1. f. Obligación que alguien tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otra persona algo, por lo común dinero.
2. f. Obligación moral contraída con alguien.

Un comentario en «Confundir lealtad y gratitud con deuda»
  1. Realmente interesante!
    Cuando empece mi carrera profesional solo tenia un objetivo, crecer y llegar a ser CEO de una compañia.
    Ahora que lo soy , y leyendo tu blog, tengo que reconocer que me acuerdo de aquellas personas que me hicieron crecer y a las que les debo mucho de lo que soy.

    He ido tan deprisa que no había tenido tiempo para reflexionar sobre esta perspectiva.

    Gracias Rafael.

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