Presentes para el nuevo año

El viernes pasado 5 de enero, tuve el honor y el orgullo de encarnar al Rey Mago Gaspar en la cabalgata de mi tierra, El Puerto de Santa María. Cuando me lo ofrecieron no tenía una idea clara del alcance del encargo y sus consecuencias. La figura de Gaspar, junto con la de sus compañeros, Melchor y Baltasar, despierta en todo el mundo una sensación de admiración, de asombro, de vulnerabilidad. Al final, tanto el adulto, el octogenario, el que odia las fiestas, el que prefiere Papá Noel (de estos sé que no existen, los reyes son los reyes), el escéptico, todos, comparten un mismo origen: todos hemos sido niños. Eso lo pude comprobrar de primera mano el viernes. Además del desfile por las calles donde ví centenares de rostros de niños ilusionados, y de adultos que no escondían a su niño interior, la mitad de la jornada estuvo dedicada a visitar enfermos en el hospital, ancianos en el asilo, niños con discapacidad en organizaciones que trabajan para ayudarlos. Esta parte de la jornada fue la otra cara del cuadro que lo hace completo. Fue un recorrido, que más allá del profundo contacto con lo más vulnerable del ser humano, el efecto es ponerte presente. Aquí y ahora. Ojos que te miran sin filtro, directamente, sin esquivar. Ojos y personas con ganas de presente y deseosas de futuro.

La Realidad

Qué cosa tan curiosa, eso que denominamos realidad. Resulta que después de mucho indagar y hablar con gente de distinto pelaje resulta que cada uno de nosotros tiene una y aunque describa la misma cosa resulta que pueden ser muy diferentes. A ratos me parece que las realidad es como…

Quiero construir, y tú?

El miércoles aterrice en Los Ángeles, de nuevo recorriendo los espacios donde están los clientes y saltando de avión en avión y de aeropuerto en aeropuerto. Mi primer acto programado fue un encuentro con empresariado de la zona o con los  "Business Man" como dicen aquí. Tuve una charla de…