Justo en estos días estamos haciendo balance del impacto ambiental que el uso del servicio de motosharing MUVING está teniendo en las ciudades después de algo más de un año de uso. En Cádiz, por ejemplo, la primera ciudad en la que arrancó el servicio en marzo del 2017, se han ahorrado 47 toneladas de emisiones de CO2, habiendo alcanzado la cifra de 10.000 usuarios, de los que 300 aproximadamente utilizan las «motos amarillas» para sus desplazamientos.
En el caso de Sevilla, ciudad en la arrancó en mayo de 2017, el número de toneladas de particulas contaminantes que se han dejado de emitir alcanza casi la centena: 99.000 kgs. Los usuarios totales en la capital andaluza ascienden a 26.500. En las 11 ciudades de toda España en las que hemos ido operando a lo largo del último año, el total de de CO2 que se ha dejado de emitir alcanza la escalofriante cifra de 650 toneladas.
Hay quien dice que a veces los números son fríos y las estadísticas carecen de emoción. Para Rafael y para mí, estos números son logros y materialización de lo que allá en 2010 comenzamos a visionar cuando nos pusimos como misión transformar la movilidad de las personas y mejorar sus vidas a través de la tecnología. Un aire más limpio, y un transporte más sostenible. Una sensación común cuando se comienza a conducir un dispositivo eléctrico MUVING, es la satisfacción de no estar contaminando. De ser el protagonista de un impacto positivo en el entorno más cercano. Todo esto, mientras realizo una actividad de la que no puedo prescindir, una necesidad: moverme.
Como sabéis por mi último post en este blog, hace tan sólo 3 semanas que iniciamos la actividad en Atlanta, Estados Unidos. Arriba tenéis el balance de ciudades tras un año rodando. En el caso de la capital norteamericana, los datos son extraordinarios: 2 toneladas de ahorro de emisiones CO2, 1100 usuarios, 40.000 minutos de uso en tan sólo 24 días. Estos datos representan el avance del cambio global ya iniciado y visualizado precisamente en las urbes norteamericanas por Rafael y por mí hace casi una década. Ciudad a ciudad, tonelada a tonelada.